Llevar los neumáticos en buenas condiciones es importante siempre pero en días de lluvia puede ser vital. Si la profundidad de la banda de rodadura no es la adecuada, el neumático no podrá evacuar el agua de manera eficaz lo que reducirá considerablemente la adherencia entre ‘goma’ y asfalto.
Durante la época de lluvias los telediarios muestran imágenes espectaculares de coches asolados por riadas y carreteras anegadas por el agua. No es necesario llegar a tanto para explicar por qué llevar neumáticos en buen estado es importante en los días de lluvia, y es que si unos neumáticos saludables son un seguro de vida en cualquier época del año, cuando las nubes descargan pueden marcar la diferencia entre llegar a casa sin sobresaltos o no…
En días de lluvia esa necesidad de contacto se multiplica.
Por Ley, no se puede circular con neumáticos cuya banda de rodadura sea inferior a 1,6 mm (es la medida que se puede comprobar de forma rápida y sencilla con el truco de la moneda del euro). Fabricantes como Continental aconsejan no dejar que el dibujo se apure tanto y aconsejan sustituir los neumáticos cuando la profundidad baja de dos milímetros.
En días de lluvia, circular con los neumáticos demasiado gastados aumenta de forma considerable el espacio que el coche necesita para detenerse por completo ya que las ranuras no son los suficientemente profundas para evacuar el agua de forma eficaz. Además, se multiplica el riesgo de sufrir aquaplaning.
La presión también es importante
Contar con un dibujo lo suficientemente profundo para garantizar la evacuación del agua es muy importante en los días de lluvia pero que el neumático tenga la presión correcta, también lo es.
Lo hemos dicho antes: el neumático es el único punto de contacto del coche con el asfalto y sólo si el 100% de su superficie se agarra al asfalto puede garantizar una correcta adherencia sobre superficie mojada.
El exceso o defecto de presión modifican la forma natural del neumático y, como consecuencia, reducen su capacidad de adherencia y su eficacia en días de lluvia (es otra de las razones que puede desencadenar el temido aquaplaning).